Los sabios taoístas en su observación a la naturaleza y al cuerpo humano y en sus profundas meditaciones, descubrieron que los órganos vibraban, cada uno, en diferentes frecuencias. Que el órgano, en su frecuencia óptima, se abría, se relajaba y se limpiaba de la energía ya metabolizada. Cada órgano tiene una membrana o fazia que lo envuelve.
Esta membrana es permeable y deja entrar y salir la energía, pero, en situaciones de stress o exceso de frío o calor, dicha membrana se adhiere al órgano y deja atrapada la energía; tampoco deja entrar energía fresca. Al emitir el sonido con la frecuencia apropiada, la membrana se suelta y la energía vuelve a fluir.
PRIMER SONIDO CURATIVO
SEGUNDO SONIDO CURATIVO
TERCER SONIDO CURATIVO
CUARTO SONIDO CURATIVO
QUINTO SONIDO CURATIVO
SEXTO SONIDO CURATIVO